¡Sin la intervención de la justicia no se puede avanzar en la lucha contra el fraude al seguro!
TERCERA ENTREGA:
Las cifras del fraude en seguros siguen siendo impactantes en la Argentina. Y constituyen todo un desafío para la industria.
En esta entrega desde la Web del Seguro, acompañados nuevamente por la información de una de nuestras compañías de primera línea Libra Seguros, les contamos el avance de la otra pandemia en la que vive inmersa nuestra industria, los FRAUDES AL SEGURO.
La problemática del fraude en las pólizas de seguros de autos y motos no es nueva. Existe hace mucho como lo venimos exponiendo y en al menos dos modalidades: a cargo de un particular o a través de bandas organizadas. Pero en períodos de crisis económicas los intentos aumentan, y en crisis tan potentes como las que provocó la pandemia, el fraude alcanza cifras impresionantes.Un dato permite entender la gravedad del fenómeno: incluso antes de la crisis económica, alrededor del 40 por ciento de los siniestros se pagaban mal o se pagaban de más, cifra que en la Argentina trepa al 46 ó 47 por ciento. Para que se entienda:
en casi la mitad de los casos las compañías de seguros pagan por siniestros más de lo que deberían haber pagado o directamente se hacen cargo de casos en los que se cometió un fraude, pero no se logró demostrarlo fehacientemente.
Si te interesa profundizar, te invitamos a leer más en: https://blog.webdelseguro.com.ar/2021/11/01/crece-el-fraude-en-seguros-en-argentina-cerca-de-la-mitad-de-las-denuncias-son-falsas-o-exageradas/
El fraude no es solo un delito que perjudica a una compañía. Es el sistema todo el que sufre. Porque incluso cuando los Estudios Liquidadores de Siniestros o las compañías hacen desistir a quien pretendía cobrar por un hecho que no ocurrió, es decir que reconozca la falsedad de los hechos por escrito con respecto al hecho denunciado, el caso suele quedar sin sanción judicial.
Para que quede claro: hablamos de fraude cuando un asegurado pretende cobrar por un siniestro que no ocurrió –un robo parcial o total de un vehículo- o distorsiona las consecuencias de uno que sí ocurrió. Para el primer caso, la pandemia obró como un aliado: la imposibilidad de movilizar inspectores hizo que muchos que intentaron el fraude se salieran con la suya ya que las investigaciones quedaban limitadas por todo lo que no pudiera inspeccionarse de manera virtual. En la presencialidad, el inspector debe acudir al lugar de los hechos, entrevistar a las partes, reunir preexistencias y testigos, entre muchas otras tareas que la gestión online en su momento limitó. Hasta el mes de junio, cuando se levantaron las restricciones y los inspectores pudieron retomar su trabajo y salir a entrevistar damnificados, el número de siniestros simulados fue altísimo. Los robos de autos y de accesorios crecieron exponencialmente.
El fraude conlleva un riesgo adicional para las compañías aseguradoras: rechazar un presunto siniestro por falta de pruebas puede dejar a la aseguradora en una posición inconveniente de cara a una futura acción legal. Debemos ser muy cuidadosos, porque en principio la justicia está a favor de la persona, esté haciendo trampa o no, y no de la compañía. Si bien en los últimos tiempos ha habido fallos judiciales de la Corte Suprema, en materia de seguros, que le han dado orden a la materia, y fueron ratificando la postura lógica de circunscribir la relación entre asegurados y aseguradoras a la ley de contratos de seguros, hay tribunales inferiores a lo largo de todo el país que muchas veces tergiversan la lógica técnica del contrato.
Normalmente, los casos de fraude representan entre el 2 y el 3 por ciento del total de las primas mundiales pagadas. Pero la crisis hizo que en la Argentina esos casos aumentaran entre un 15 y un 20 por ciento. Todo un desafío para la industria.
De esos delitos, estudios propios de la compañía Libra Seguros nos dicen que el 75 por ciento está a cargo de particulares, mientras que los restantes son protagonizados por verdaderas organizaciones. Entre los primeros, los más habituales son los autorobos o los accidentes inventados o exagerados. Los últimos meses permitieron constatar que, al amparo de la ausencia de inspectores, hubo maniobras casi surrealistas: un asegurador inventó el robo de su auto y lo tenía escondido en el garaje de su primo, a metros de su casa, por ejemplo.
Los más complicados, sin embargo, son los otros, los fraudes organizados, de los que participan profesionales de diferentes actividades, que exageran lesiones o mienten en los peritajes.
Llevada a pesos, la dimensión del fenómeno resulta impactante. El pago de siniestros parcial o totalmente fraudulentos en autos y motos puede alcanzar entre 100 y 120 mil millones de pesos anuales.
El fraude le plantea un enorme desafío a la industria aseguradora. En 2020 la gestión de las compañías y de la Superintendencia de Seguros logró que la actividad de los inspectores retornara antes de lo pensado, lo que volvió a aumentar la cantidad de desistimientos, pero las compañías ya no se conforman con esto, esperan que la ley aplique mayores sanciones para evitar que los asegurados fraudulentos no intenten repetir la acción en otra compañía.
Es que el fraude no distingue regiones geográficas ni niveles socioeconómicos. Ocurre de modo generalizado, en los barrios más acomodados y en los más humildes, con autos de alta gama y con otros casi desvencijados. Su volumen es tal que si bien no debiera bastar para llevar a una compañía a la liquidación, puede hacer que una empresa se complique financieramente y termine respondiendo tarde y mal a quien de verdad le corresponde.
Algunas propuestas creativas generadas por las compañías se convirtieron en inesperados enemigos del robo y también del fraude. Los dispositivos de rastreo satelital, por ejemplo. En ese sentido, toda póliza que incluya la colocación de ese aparato será de inestimable ayuda para las compañías, dado que no sólo se disparará ante una denuncia de robo sino también toda vez que alguien intente desconectar el sistema de rastreo para incursionar en algún tipo de fraude. Las pólizas, como el caso de uno de los productos de Libra Seguros – Orange Time que propone pagar por el seguro en función de lo que se usa el auto, terminan siendo mucho menos permeables a este tipo de delito también porque recae el control continuo sobre el uso.
Las cifras del fraude en seguros siguen siendo impactantes en la Argentina. Y constituyen todo un desafío para la industria el aprender a sobrellevarlas.
Si te interesa leer más sobre la campaña de prevención que lleva adelante esta compañía, te invitamos a leer: https://www.libraseguros.com.ar/prevencion-y-lucha-contra-el-fraude/
Desde la Web del Seguro nos comprometemos con la gestión de nuestros siniestros y que los clientes se sientan acompañados en esos momentos difíciles, pero no abalamos las conductas de mala fe y trabajamos en su prevención. Te invitamos a cotizar el seguro de tu auto y conocernos, ingresa a www.webdelseguro.com.ar. También podes contactarnos por WhatsApp al (011)15 6361-8876, un asesor te responderá en el momento de 9 a 21 hs. de Lunes a Viernes, y Sábados de 10 a 15 hs.